Inuits



Son muchos los que afirman que al margen de la sociedad no nos formamos como seres humanos, es decir,  consideran que  la vida en sociedad es una característica natural del ser humano , desde el inicio de la vida humana los seres nos hemos agrupado en diferentes tipos de organizaciones, bandas, tribus, jefaturas...Al margen de rodearnos de nuestros semejantes no desarrollamos conductas propias de nuestra especie, por lo que no podemos llegar a desarrollarnos como tales.
La primera forma de organización social es la de las bandas, y el ejemplo más característico son los inuits o esquimales. Su forma de vida es totalmente opuesta a la nuestra y puede llamarnos la atención que a pesar de que ambos nos desarrollemos en sociedad, las diferencias tanto éticas como físicas son muy claras. Esto evidencia que aquellos que son educados al margen de la civilización no llegan a poder ser considerados como verdaderos hombres, el ambiente en el que se crece nos determina y condiciona a ser de una manera diferente a como seríamos a no demasiados kilómetros.
Desde tiempos inmemoriales, los roles de hombres y mujeres en las sociedades inuit han estado separados. Los hombres cazaban; las mujeres curtían pieles, confeccionaban la ropa y se ocupaban de las tareas del hogar. Como consecuencia de esto, había más mujeres que hombres y se practicaba por tato el infanticidio femenino. Esto ha cambiado un poco en los tiempos modernos, pero todavía la mayor responsabilidad en las actividades fuera del hogar es masculina y las féminas están confinadas a las labores domésticas. Tradicionalmente, el matrimonio de los esquimales era concertado por las familias para hacer alianzas de guerra y cacería. En la actualidad, dichas reglas se han relajado, de modo que los jóvenes se casan más acorde a sus preferencias de pareja. No poseen ceremonia nupcial alguna. En épocas pasadas, la gordura femenina era considerada una virtud, pues se le creía señal de salud y fecundidad. El divorcio ha existido antes y después, pero nunca ha tenido índices muy elevados, como sucede en las sociedades occidentales. En una población que ha habitado una de las zonas más agrestes del planeta es natural que se desarrollasen creencias religiosas que asuman la naturaleza como una fuerza malévola. Por tanto, todo ritual está destinado a aplacar la furia de los espíritus naturales, encarnados en animales o en eventos climáticos como la ventisca. Ello conduce a la observancia de conductas y tabús, así como a la realización de ceremonias que veneren a esas divinidades. Los cazadores suelen abrir el cráneo de los animales para liberar a su espíritu. Canciones y leyendas se crean a partir de dichas creencias, que son transmitidas por los chamanes, personajes sanadores con poderes especiales dentro de la comunidad. Otra característica peculiar, es que los pueblos inuit tienen una forma de demostrar afecto muy característica, el beso esquimal. Se trata de una manifestación amorosa que se expresa frotando las narices uno contra el otro. La explicación occidental a esta conducta es que, si las temperaturas afuera son tan bajas, difícilmente una pareja inuit podría besarse en los labios sin que la saliva se congele. Sin embargo, al parecer la explicación de este suceso va más allá. Para ellos el «kunik» es un saludo íntimo que parece como si las personas frotaran sus narices, pero en realidad lo que hacen es olerse el pelo y las mejillas. De este modo, las personas se recuerdan entre sí a partir de su fragancia .
Hace menos de un siglo, vivían de forma muy diferente a como viven hoy. Antes de 1940, los Inuit tenían contacto mínimo con los Europeos(otra prueba de la fuerte influencia social) Los Europeos pasaban de largo cuando a iban a cazar ballenas o a cambiar pieles; pero muy pocos de ellos tenían interés en quedarse en la fría tierra del Ártico. De manera que los Inuit tenían el lugar para ellos solos. Se mudaban entre campamentos de verano y de invierno a fin de siempre vivir cerca de los lugares donde se encontraban los animales de cacería. En los campamentos de invierno vivían en viviendas hechas de nieve llamadas igloos. Los campamentos de verano eran una especie de tiendas de campaña hechas de piel y huesos animales.
Pero hoy todo ha cambiado. Hacias finales de la Segunda Guerra Mundial y cuando comenzó la Guerra Fría, el Ártico se convirtió en el lugar en donde los países que no se llevaban bien estaban cerca uno del otro. El Ártico siempre fue visto como inaccesible, pero la invención de los aviones facilitó que personas fuera del Ártico pudieran llegar hasta allí. Se crearon nuevas comunidades Árticas permanentes, alrededor de bases aéreas y estaciones de radares construidos para vigilar las naciones rivales. Escuelas y centros de salud fueron construidos en estas bases permanentes. Con mejores centros de salud, la población Inuit creció, creció más allá de lo que podía autoabastecerse mediante la cacería. Ante mejores medios de almacenamiento, muchos Inuit provenientes de pequeños campos, se desplazaron a comunidades permanentes ya que allí tenían acceso a trabajos y alimentos. No obstante, aun se sigue conservando una población de inuits (aunque más reducida). También es importante destacar que los inuits carecen de propiedad privada, allí todo es de todos y cuando alguien pide algo se le suele dar, por tanto es una sociedad totalmente igualitaria, existe un líder, pero este se limita a dar consejos y tiene un poder y autoridad limitados. La propiedad privada no causa problemas entre ellos, pero sí los casos de adulterio.

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